EJERCICIOS ESPIRITUALES IGNACIANOS EN LA VIDA DIARIA VIA INTERNET
CONSIDERACIONES SOBRE EL CONFLICTO DEL SER HUMANO CON SU DIOS
JUEVES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2010
MEDITACIÓN 17
OBJETIVO DE ESTA MEDITACIÓN:
Tratar de descubrir cuáles son los mecanismos inconcientes con los que me alcahueteo, con los que llego incluso a ignorar el daño que causan algunas de mis conductas, de mis actuaciones.
No podemos ignorar ni siquiera durante este tiempo en el que estamos reflexionando sobre nuestras potencialidades negativas, no queremos ignorar que la mayor parte de las intenciones, de las actitudes de la mayor parte de los humanos están orientadas hacia el bien.
Pero seria un atentado contra el más sano realismo, negar que, como dice San Pablo “muchas veces hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero…”
A nosotros nos pasa lo mismo que a Pablo y podemos estar dañándonos y dañando a otros sin percatarnos.
Lo que pretendemos en esta reflexión es agudizar nuestra sensibilidad para ser menos dañinos. En otras palabras, se trata es de conocer mi “pecado” con sinceridad, descubrir la raíz de mi pecado, de mi capacidad de dañar…
Por eso, te invito a que te hagas las siguientes preguntas con cruda sinceridad:
Punto 1: ¿Yo he hecho daño a alguien? ¿Yo he hecho sufrir? ¿Yo he hecho llorar?
¿A quienes he dañado? ¿Cómo los he dañado?
¿A quienes he hecho sufrir? ¿A quiénes he hecho llorar?
Punto 2: ¿Yo he sido obstáculo a todo lo que el Señor ha querido hacer conmigo?
La forma como he vivido a espaldas del principio y fundamento.
Mi desorden. Mi mediocridad.
La forma como he vivido de espaldas al mandamiento del amor: "tuve hambre y no me diste de comer", " sean perfectos como mi padre…"
Punto 3: ¿Yo me he alcahueteado mi pecado?
¿Cómo y de qué maneras me he alcahueteado mi pecado?
Mis formas de justificarme, de engañarme, qué razones he cultivado para vivir tranquilo en mi pecado, “sin que me remuerda la conciencia…”
Mis formas de justificarme, de engañarme, qué razones he cultivado para vivir tranquilo en mi pecado, “sin que me remuerda la conciencia…”
Punto 4: ¿He sido fariseo, hipócrita? ¿He dicho una cosa y he hecho otra?
¿He exigido a los otros y no he cumplido yo…?
Punto 5: ¿Yo he saboteado mi amistad con el Señor, gracias a mi pecado.
¿Yo podría hoy ser más amigo del Señor, más de él?
Punto 6: ¿Yo he puesto en peligro mi amistad, me fe, mi vocación, por mi pecado?
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