Querid@s herman@s:

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Día a día iremos publicando los ejercicios espirituales para que estén a tu alcance

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sábado, 4 de septiembre de 2010

DIA 19

EJERCICIOS ESPIRITUALES IGNACIANOS EN LA VIDA DIARIA VIA INTERNET

CONSIDERACIONES SOBRE EL CONFLICTO DEL SER HUMANO CON SU DIOS
SABADO 4 DE SEPTIEMBRE DE 2010.
MEDITACIÓN 19

DIA DE EVALUACIÓN DE LA SEMANA
DIA DE REVISAR LOS CONTENIDOS MEDITADOS ANTES DE PASAR A OTRO CONTENIDO
DIA DE AGRADECIMIENTO POR LA SEMANA
DIA DE TOMAR PROPÓSITOS PARA LA SEMANA PRÓXIMA
COMENTARIO PREVIO
No sería extraño que a alguien le parezca un poco excesivo el tiempo y espacio que le hemos dado en esta experiencia al problema del conflicto interno del ser humano y la innegable capacidad que tenemos de causar daño o sea, de nuestra vulnerabilidad para “pecar”… (Siempre suena fea y como anacrónica esa palabra)
Repito las razones de esta insistencia:
1.- Porque muchas veces causamos este daño casi habitualmente sin darnos entera cuenta de ello.
2.- Porque son daños que me estancan, me deterioran, deterioran a los otros y me privan de todo lo que podría seguir creciendo.
3.- Porque estamos tratando de poner las cosas en su lugar : ni volver a esa morbosa manía de sentir que todo es pecado, ni asumir una actitud irresponsable y superficial que me permite vivir reincidiendo en las cosas que me hacen daño, o sea, en mi “pecado” alegremente.
4.- Porque en la medida en la que descubra crudamente mis “imperfecciones”, “mediocridades”, “costumbres y hábitos hirientes”, en esa medida me dispongo a dar ese paso fenomenal, que estamos a punto de dar, hacia el sentirse profundamente perdonado.
Por eso en este fin de semana podría ser útil hacer lo que llamamos “la memoria histórica” de mi “pecado”.
Punto 1. Recordar las grandes etapas de mi vida y en ellas qué recuerdo con respecto a mi pecado.
Punto 2: Recordar las personas con las que me he relacionado y recordando en qué les he podido fallar.
Punto 3: Recordar los oficios, responsabilidades u ocupaciones que he tenido y mis fallos relacionados con ellos.

Repito:
Este y cualquier otro “inventario” que haga de mis fallas, pecados, daños, etc., no deben servir para deprimirme, hundirme, humillarme.

Deben servirme para:
1.- Ubicar con realismo mis limitaciones, mis “talones de Aquiles”. Vivir mi humildad.
2.- Llenarme de motivación para superar esa dimensión dañadora de mi existencia
3.- Prepararme para vivir la experiencia transformadora de mi auto perdón, del perdón de los otros hacia mí, del perdón de mí hacia los otros, y…del perdón con el que me regala mi papá Dios.
¡MANOS A LA OBRA…!

¡BUENO PROVECHO…! ¡HASTA MAÑANA…!

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