EJERCICIOS ESPIRITUALES IGNACIANOS EN LA VIDA DIARIA VIA INTERNET
CONSIDERACIONES SOBRE EL CONFLICTO DEL SER HUMANO CON SU DIOS
VIERNES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2010
MEDITACIÓN 18
¿Por qué es tan importante en este momento de nuestra reflexión, dedicar tanta atención a esa capacidad que tenemos los seres humanos de causarnos daño a nosotros mismos y a los demás o sea, eso que llamamos “nuestra capacidad para pecar”?
Es de una importancia absoluta, porque la mayoría de nosotros incurre en esa conducta dañina en medio de una estrategia que nos inventamos para seguir reincidiendo sin que eso nos hiera la conciencia.
Repetimos, si esa estrategia de autojustificarnos resolviera el problema y efectivamente no hubiera víctimas secretas de nuestras actuaciones, si ya no hubiera gente ofendida, descuidada, despreciada, engañada, humillada, abandonada, etc. Si con esa ignorancia se evitaran esos daños,…fantástico… ¡santo remedio…!
Pero, no, herman@s, mientras no nos dispongamos, con la ayuda de nuestro Dios, a reconocer nuestras fragilidades, a dolernos por ellas y a proponernos a superarlas…el dolor, el mal, y muchos deterioros estarán rondándonos…
Debes llegar al convencimiento racional y emocional de que el “pecado” lleva al deterioro de mi persona y por eso lleva a una especie de muerte
NOTA: Tomar conciencia de mi condición de pecador, no para hundirme y condenarme sino que es para hacer un reconocimiento realista de mi condición, de mi necesidad de perdón, mi necesidad de dios, de la delicadeza con la que he sido tratado por dios, la compasión que debo tener con los demás, de la compasión que debo tener conmigo mismo.
Objetivo de este momento de los ejercicios:
1. Conocerme con toda la crudeza posible
2. Poder dar por concluida la presencia inconciente y mortificante de toda esa memoria dañina de mis pecados que me quita motivación para las grandes invitaciones que estoy recibiendo del Señor.
3. Reconstruirme desde mi experiencia de debilidad
4. Experimentar verdaderamente al Dios misericordioso.
Todo pecado produce muerte y engendra perdición. Lectura de Santiago 1,15
A nivel personal, mis pecados, mis malas tendencias, las actitudes negativas que me tolero, me llevan a una suerte muerte parcial y perdición: egoísmo, cerrazón, materialismo, cobardía, competitividad, vicios, etc., producen vacíos, amargura, depresiones, inseguridad, desánimo, etc. (reflexiono sobre la muerte que producen en mí los pecados personales)
Mi pecado rompe una relación particular con Jesús.
Mi pecado me centra en mí mismo que es la dirección contraria del principio y fundamento.
Amig@s querid@s: A seguir haciéndonos esa radiografía personal interna que puede ser el preámbulo de una renovación inédita que puede estar muy cercana…!
¡MANOS A LA OBRA…!
¡BUEN PROVECHO…! ¡HASTA MAÑANA…!
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